Según cifras de UNICEF, en el mundo más de 160 millones de niños y niñas trabajan, y en el Perú el 18% de niños y niñas menores de 14 años son víctimas de trabajo infantil. El trabajo infantil es un problema porque pone en riesgo su desarrollo físico, mental y social, así como interfiere con su escolarización. Según la OIT, el trabajo infantil afecta a niños y niñas al:
- Privarlos de su infancia, potencial y dignidad.
- Privarlos de la oportunidad de ir a la escuela.
- Obligarlos a abandonar prematuramente las aulas.
- Exigirle que intente combinar la asistencia a la escuela con largas jornadas de trabajo pesado.
Algunos de los factores que influyen en el trabajo infantil son:
- Pobreza y desempleo
- Sistemas educativos públicos inadecuados o débiles
- Tradiciones y actitudes culturales arraigadas al trabajo infantil
- Aplicación inadecuada de las leyes y reglamentos
- Disturbios civiles o políticos o catástrofes naturales.
Considerando estos factores, UNICEF propone 4 estrategias que han demostrado su eficacia para eliminar el trabajo infantil:
- Reducción drástica de la pobreza.
- Acceso a una educación de calidad y pertinente.
- Dar empleo de calidad a los adultos responsables de los niños y de las niñas.
- Acabar con las normas sociales que legitiman el trabajo infantil.
La moda rápida o fast fashion ha empujado a las empresas a buscar fuentes de trabajo más baratas: los niños. Su involucramiento en la cadena de valor textil puede ir desde la obtención de materia prima (recojo de algodón), el hilado y la fabricación de prendas en fábricas. Esto se ve principalmente en países como China, Bangladesh e India. Sin embargo, es importante que las empresas textiles en el mundo promuevan una cadena de producción libre de trabajo infantil. Ese es el caso de Silkeborg, además de no contratar trabajo infantil, promueve y asegura una cadena de valor libre de trabajo infantil. Este compromiso es parte además de los principios de comercio justo, los cuales suscribe Silkeborg.
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